13 de diciembre de 2011

Cuando hay que cambiarse de casa repentinamente.



No quiero escribir para latear, ni mucho menos dar pena. Pero cuántas veces nos vemos envueltos en estas situaciones?
 Lo que pasa es que hace unos 5 años que vivimos con mi familia en una rica casa ubicada en Ñuñoa. Una casa que se supone era una herencia y que restauramos con bastante cariño, porque supuestamente era definitiva, for ever. Pero hace unos meses atrás vino una persona a decir que la teníamos que dejar; porque, siendo aun ella la dueña, necesitaba venderla con suma urgencia. Obviamente nos descolocamos todos, tanto así que lo ví como algo utópico, tirando mala vibra para que no pudieran venderla. Sorry pero tenía que ver por mí!
Luego de varios meses, mostrando la casa y dándonosla de corredores de propiedades, la vendieron y nos dieron un plazo para dejarla. Es bien heavy, dejamos miles de recuerdos, es como abandonar un hijo que criamos con amor y esmero. Mis hermanos prácticamente crecieron ahí y también nosotros, los adultos, ya que pasamos etapas muy importantes en nuestras vidas, mientras vivíamos en esa casita.

Ahora viene lo difícil, que es buscar un arriendo en una casa grande como esa, con suficiente espacio para todos los integrantes de la familia, que sea económica, y un millón de etcéteras que parecen infinitos con todo lo que esto implica, considerando que ahora tenemos que adquirir gastos que antes no teníamos. Por ejemplo: Si vivimos en un edificio hay que pagar el arriendo más lo gastos comunes, siendo limitado nuestro presupuesto.Por lo demás, en una casa se ahorra los gastos comunes, pero el valor es más alto, sobretodo si queremos mantenernos en un barrio piola como el que vivimos ahora. Y así muchos pro y contras de lo que significa un cambio de casa.
Una de las latas más atroces es empacar, y más lata aun cuando uno se ha echado en los huevos y sin darse cuenta empiezan a acumularse un millón de cachureos, que no sabes por donde empezar a ordenar y decidir qué cosas sirven y qué no. Además somos hartos, dos niños que tienen muchos juguetes acumulados en varias navidades, yo que tengo muchísima ropa de la cual creo usar sólo un 20 por ciento no más, mi hermana con su bebé y todas sus cosas.

Por ahora sólo nos quedan dos semanas para dejar la casa. Con respecto a todo lo que esto conlleva, sólo hemos guardado y reducido la ropa, y yo como loca buscando un arriendo que se adecue a nuestras necesidades más básicas.

¿Cómo les ha ido a ustedes con los cambios de casa? o ¿ qué es lo que más lata les da de esto?

3 comentarios:

  1. Lo peor es tener que cambiarse de casa, lo peor. Viví en Talca hasta los 7 años y después tuvimos que venirnos a Curicó. Fue horrible pa mi! Tener que dejar mi casita regalona fue súper difícil. Todavía me acuerdo que minutos antes de irnos me fui a despedir de cada una de sus habitaciones y me puse a llorar!!!
    Y mi mamá botó la mitad de mis juguetes por el maldito cambio, más encima botó los que me gustaban y trajo los que no jajaja

    Mucho ánimo y suerte con el cambio de casa!!! Al final, hogar es donde se está con la familia :)

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  2. Sí francisca! me ha pasado lo mismo ya que se dejan muchos recuerdos! Y lo peor es empezar a deshacerse de cachureos!

    Por cierto, me encantó tu blog... muy lindo diseño :)

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  3. Empatizo contigo absolutamente...no es por quejarse, pero una de las "atrocidades" más grandes es cambiarse de casa. Una lata.
    Durante mi vida de mujer soltera, viviendo con mis padres y hermanos, me cambié una sola vez (de grande, de bebé me cuentan que fueron un par de veces más). Ahora, casada y con familia propia, llevo tres cambios de casa. Y es terrible! entre que tienes que empacar, se pierden cosas, se dañan otras...uf...un lío. Además, está esa sensación dramática de no poder echar raíces...pero por trabajo o estudio, siendo joven, hay que andar de allá para acá...como que ya me acostumbro...igual se fomenta el desapego a los espacios, a lo material...y eso no es malo o no?.
    Ánimo, que somos jóvenes y nos quedan unas cuantas mudanzas más.
    Saludos!

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